México / 2022
Desde los ataques terroristas sufridos en Washington y Nueva York en 2001, la política de seguridad nacional y antiterrorista estadounidense se reforzó tanto en sus propias fronteras como en las de sus países vecinos. Lo que conocemos como externalización fronteriza, una política ya común en las dinámicas continentales Norte – Sur, se traduce en un refuerzo de las deportaciones y presencia policial y militar en fronteras de países de tránsito. La frontera sur de México es tal vez uno de los ejemplos más paradigmáticos de estas políticas.
Analizamos de forma fotográfica cuales son los efectos cotidianos de este proceso de externalización y en consecuencia de bloqueo migratorio, y en concreto, cómo estas prácticas exageran los riesgos para las mujeres y personas del colectivo LGTBIQ+ en la ruta. Plasmamos la realidad de Tapachula, la ciudad más grande de la frontera sur mexicana que se ha convertido ya en un embudo a sortear para llegar a Estados Unidos.