El gigante cárnico de Binéfar (Huesca), gestionado por el grupo Pini, acumula 45 expedientes sancionadores, la mayoría graves, desde su apertura en 2019
Lleida
El macromatadero Litera Meat, ubicado en Binéfar (Huesca), es una de las plantas cárnicas más grandes de España. Esta planta, impulsada por el Grupo Pini, una de las compañías cárnicas más importantes de Europa, emplea a más de 1.600 personas y procesa alrededor de 30.000 cerdos diarios. Asimismo, y desde su apertura en julio de 2019, se encuentra bajo permanente foco mediático. “El contrato es de 40 horas pero trabajamos más horas y no nos las pagan. No podemos ni ir al baño”, explica Fatou, extrabajadora de Litera Meat durante dos años y residente en Lleida.
El pasado 30 de noviembre, en Binéfar, la Sección Sindical de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) en Litera Meat celebró una asamblea para debatir y denunciar las ‘condiciones inhumanas’ que imperan en la empresa. Entre las principales quejas se señalaron el altísimo ritmo de producción, las restricciones abusivas para acudir al baño, las sanciones arbitrarias y los despidos. Tras una larga deliberación, la asamblea acordó convocar una huelga para los días 10, 11, 12 y 13 de diciembre.
“Vamos a demostrar que, cuando nos unimos, tenemos el poder de enfrentarnos a quienes nos explotan”, ha expresado un miembro de la Sección Sindical de CNT, durante la asamblea.
La velocidad de las cintas transportadoras, la distancia insuficiente entre operarios y la falta de medidas de prevención de riesgos laborales son parte de un sistema que, según la CNT, vulnera derechos fundamentales de los trabajadores. «Las condiciones de trabajo son difíciles de soportar en Litera Meat, y las sanciones y despidos vuelan», afirma una abogada, que prefiere reservar su identidad, del grupo de acción sindical de CNT Huesca. El sindicato ha presentado decenas de denuncias a Inspección de Trabajo. «Es un ambiente hostil para cualquier tipo de acción sindical, los trabajadores afiliados al sindicato se les castiga y la empresa hasta el momento se niega a dialogar», añade la representante.
La base social de Litera Meat se sirve de la fuerza de trabajo de personas extranjeras, en su mayoría procedentes de diferentes países de África, Europa del Este y Latinoamérica
Según Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Huesca, desde el año 2019 hasta día de hoy, la plantilla de Litera Meat en Binéfar ha sido objeto de 45 expedientes sancionadores por infracciones, en su gran mayoría graves, y las cuales se contemplan en el texto refundido de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social.
De dichas sanciones, 27 corresponden a infracciones en materia de Seguridad y Salud, y 18 en materia de relaciones laborales. Una de estas por infracción muy grave en materia de Relaciones Laborales y otra en materia de Seguridad y Salud. Según la normativa del orden social infringida y la gravedad de la infracción, las cuantías de las sanciones pueden oscilar, según el grado de la sanción, de 70 a 225.018 euros, en su grado máximo.
”Es difícil para un inspector comprobar la velocidad de las cintas, que son la pieza angular del problema, porque cuando entra por la puerta hasta que llega a las máquinas en cuestión han pasado 10 minutos y los encargados han sido avisados y la velocidad de las máquinas se ha alterado”, denuncia la CNT. Y corrobora una trabajadora de la empresa, que prefiere mantener el anonimato, y que declara que durante las inspecciones de trabajo la empresa llamaba a la organización e incluso avisaba que ese día no fueran a trabajar porqué excedían el número de trabajadores.
Otro problema son las lesiones derivadas de la carga de trabajo. La misma trabajadora mencionada anteriormente, señala que tuvo que recurrir a la baja por la Seguridad Social debido a graves dolencias en la mano, que finalmente requirieron de operación. Aunque la lesión fue claramente atribuida a su trabajo, la empresa se negó a reconocerla como tal y a cubrirla a través de la mutua.
Eficiencia y productividad: el desgaste físico de la plantilla
La base social de Litera Meat se sirve de la fuerza de trabajo de personas extranjeras, en su mayoría procedentes de diferentes países de África, Europa del Este y Latinoamérica, que suelen ocupar lugares de trabajo relacionados con el sacrificio y desangrado, despiece y corte, internamente conocido como “los cuchillos”, y ocupado por hombres; evisceración, carga, y mantenimiento y limpieza, este último ocupado por mujeres. “Cuando volví después de mi baja por condiciones laborales y propuse que me cambiaran de sitio me obligaron a coger la baja voluntaria”, declara Kadiatou, amiga de Fatou y también extrabajadora de la empresa.
"No respetan a la gente, el equipo de trabajo no es adecuado y me despidieron sin ni siquiera darme mi última nómina"
En los últimos meses, Fatou ha sido despedida por mal comportamiento, así como Awa y Ndeye, todas con cartas similares que se pueden ver en este reportaje y que ha tenido acceso Yemayá Revista. Motivos que han propiciado el despido inmediato según rige el artículo 66 del Convenio Colectivo Estatal de Industrias Cárnicas, por falta muy grave en motivo de «ofensas verbales o físicas al empresario o a las personas que trabajen en la Empresa o a los familiares que convivan con ellos».
“No respetan a la gente, el equipo de trabajo no es adecuado y me despidieron sin ni siquiera darme mi última nómina», denuncia Awa, trabajadora en la empresa desde 2019.
Tanto Awa como Fatou son ejemplos de un patrón sistemático de abusos y vulneración de derechos laborales que enfrentan las personas migrantes en España. Debido a una situación administrativa más compleja, a menudo, este sector de la población carece de un adecuado amparo legal. Se encuentran en situaciones de gran vulnerabilidad, lo que las convierte en blanco fácil de explotación laboral. Fatou llegó a España tras huir sola de Senegal y afrontar un traumático viaje a través del Mediterráneo. “Me puse ropa en la barriga para evitar que me violaran los traficantes de la barca”. Lo consiguió. Y después de trabajar durante años en el sector agrícola de Murcia y de Lleida, se unió a Litera Meat, un entorno que tampoco le ha proporcionado mejores condiciones de vida. “Si me pidieran volver, tampoco lo haría”, afirma.
El modelo productivo de los mataderos en España se caracteriza por tres aspectos fundamentales: maximización de la eficiencia, mayor productividad y alta rentabilidad. Aspectos que se consagran a expensas de las condiciones laborales de las trabajadoras. “Después de Litera Meat, probé de trabajar en Bon Pollo, pero estuve tres días porqué las condiciones eran horribles”, declara Fatou.
Según el grupo sindical de la CNT, los despidos en Litera Meat parecen responder a un ciclo inestable que sigue los momentos de mayor tensión dentro de la empresa, como por ejemplo cuando se han organizado paros espontáneos y manifestaciones por el impago de horas extras. O el despido después de una baja médica, donde el patrón es perseguir y castigar de raíz por ausentismo laboral justificado.
En 2022, Litera Meat obtuvo una facturación de más de 800 millones de euros, con una alta presencia en el mercado nacional e internacional
“La situación en la empresa ahora es muy extrema, está habiendo un super repunte de despidos, de denuncias y se ha establecido un clima de miedo generalizado”, declara la abogada del grupo de acción sindical de CNT Huesca.
Un histórico problemático
Litera Meat, de 130.000 metros cúbicos, procesa alrededor de 30.000 cerdos diarios, y en sus picos de más productividad puede llegar a tener 1.900 personas trabajando. En 2022, según el último informe publicado por la empresa, obtuvo una facturación de más de 800 millones de euros, con una alta presencia en el mercado nacional e internacional. Pero más allá de su colosal capacidad productiva, el complejo ha sido centro de múltiples polémicas, que incluso han terminado con cabezas directivas al mando en prisión, por vulneración de derechos laborales, acoso sexual y corrupción.
Durante la pandemia del COVID-19, la planta fue uno de los focos de contagio más graves en España. Además, los hermanos Piero y Mario Pini, propietarios de la empresa, fueron puestos en prisión preventiva por agresión sexual. Estos hechos agravan la percepción de un entorno empresarial marcado por el abuso de poder y la impunidad.
Litera Meat, con su envergadura y capacidad de producción, se posiciona como uno de los mayores actores económicos de Aragón, pero también un ejemplo alarmante de explotación laboral, abuso de poder y un riesgo medioambiental que impacta directamente en la zona y por ende a sus habitantes. A pesar del creciente escrutinio mediático, las denuncias y los litigios abiertos, el grupo Pini, propietario de la empresa, ha conseguido sortear parte de la presión a ‘golpe de talonario’. En varias ocasiones, el equipo de Yemayá Revista ha intentado obtener su versión, sin éxito.
